GESTIÓN DE CONFLICTOS
CONTEXTO
KELLY, compañía referente en soluciones de recursos humanos y gestión de talento, identificó la necesidad de fortalecer las competencias de liderazgo y comunicación de sus responsables de equipo. En un entorno marcado por la rapidez, la presión operativa y equipos en constante interacción, surgió la necesidad de capacitar a los mandos intermedios en la prevención y gestión eficaz de conflictos, con el fin de mantener un clima laboral saludable y garantizar la cohesión dentro de los equipos.
Los responsables de Kelly se enfrentaban diariamente a situaciones sensibles: discrepancias entre miembros del equipo, tensiones derivadas de cargas de trabajo, diferencias de expectativas, conflictos comunicativos o resistencias al cambio. Estos escenarios exigían líderes capaces de abordar conversaciones difíciles, mediar con objetividad, ofrecer feedback constructivo y transformar los conflictos en oportunidades de mejora. La compañía entendió que estas habilidades serían clave para sostener un entorno laboral positivo y altamente productivo.
Asimismo, el área de RR.HH. detectó que reforzar estas competencias contribuiría no solo a mejorar el clima laboral, sino también a aumentar la retención del talento, reducir situaciones de bloqueo y potenciar una cultura organizativa basada en la colaboración, la transparencia y la comunicación efectiva. El objetivo era claro: desarrollar un liderazgo preparado para gestionar con éxito los retos interpersonales del día a día.
SOLUCIÓN SKOLAE Formación
Desde SKOLAE Formación diseñamos una formación práctica, vivencial y totalmente orientada a las necesidades del equipo de Kelly. El programa se centró en dotar a las responsables de equipo de herramientas concretas y aplicables para gestionar conflictos de forma temprana, eficaz y alineada con los valores de la organización.
La solución combinó estrategias de comunicación asertiva, técnicas de resolución de conflictos, modelos de mediación interna y dinámicas centradas en el fortalecimiento de la relación entre las personas. Además, se incorporaron espacios de reflexión donde las participantes pudieron compartir buenas prácticas, analizar experiencias reales y explorar enfoques alternativos ante situaciones complejas.
Se trabajaron aspectos clave como:
- La importancia de detectar señales tempranas de conflicto.
- La gestión de las emociones propias y ajenas en situaciones de tensión.
- La comunicación clara y respetuosa como herramienta de prevención.
- La capacidad de facilitar el diálogo entre dos o más partes implicadas.
- El uso de técnicas de negociación para alcanzar acuerdos beneficiosos para todos.
Todo ello permitió generar un programa alineado con los objetivos de Kelly, orientado a construir líderes más seguros, empáticos y eficaces en su rol.
METODOLOGÍA
La formación se desarrolló mediante role plays y simulaciones realistas, diseñadas a partir de escenarios profesionales proporcionados por la propia organización. Este enfoque permitió a las participantes enfrentarse a situaciones que reproducían fielmente su día a día, generando aprendizajes altamente transferibles al entorno real.
La metodología incluyó:
- Simulaciones de conversaciones difíciles, donde las participantes pusieron en práctica herramientas de comunicación asertiva.
- Escenarios de mediación, para entrenar la capacidad de gestionar desacuerdos de manera imparcial.
- Ejercicios centrados en la escucha activa y la empatía, fundamentales para comprender las preocupaciones de cada parte implicada.
- Dinámicas de negociación constructiva, orientadas a buscar acuerdos que minimicen tensiones y fomenten la colaboración.
- Debriefings estructurados para analizar comportamientos, identificar aciertos, revisar áreas de mejora y fijar compromisos de acción.
Este enfoque experiencial posibilitó que las responsables de equipo adquirieran mayor seguridad y soltura en la gestión de situaciones delicadas, interiorizando prácticas que fortalecen el liderazgo y la cohesión del equipo.
IMPACTO OBTENIDO
El programa generó beneficios visibles y medibles en el desempeño del equipo de líderes de Kelly. Entre los impactos más relevantes se encuentran:
- Equipos más cohesionados y colaborativos, con una comunicación más abierta y respetuosa.
- Líderes capaces de gestionar conversaciones difíciles, ofreciendo feedback constructivo incluso en situaciones tensas.
- Mayor capacidad para convertir conflictos en oportunidades de aprendizaje, reduciendo la duración e intensidad de las tensiones.
- Incremento del enfoque en la búsqueda de soluciones, evitando bloqueos y favoreciendo la agilidad operativa.
- Desarrollo de una actitud más resolutiva, empática y proactiva frente a los retos cotidianos.
- Mejora en la comunicación interpersonal, reforzando la confianza entre responsables y equipos.
En conjunto, esta iniciativa contribuyó a consolidar un liderazgo más fuerte y preparado para afrontar los desafíos de un entorno dinámico, fortaleciendo la cultura organizativa y promoviendo relaciones laborales más saludables y productivas.



